miércoles, 3 de marzo de 2010

Idea de Posmodenidad (3)

A partir de todo lo que hemos hablado en este último bloque, sólo me queda reafirmarme en cuestiones que ya he comentado en puntos anteriores, y quizá ampliarlos un poco.
Por encima de todo, defiendo la necesidad de enseñar a nuestros alumnos a sospechar y a ser críticos con todo cuanto les rodea. Con esto quiero decir que la mentira no está sólo en los medios de comunicación, sino en todos aquellos que aceptan sus ideas sin planteárselas y luego las defienden a capa y espada. Hay que estar alerta en todo momento, pero estar siempre alerta supone un esfuerzo intelectual grande, y una cierta crisis e inestabilidad que dudo que muchos estén dispuestos a asumir. Pese a todo, nuestro deber es intentarlo, para que algún día haya una generación de adultos que razonen y tengan capacidad de criticar fundamentadamente.

Según mi opinión los metarrelatos siguen existiendo por lo que ya he comentado: no todos están dispuestos a pasar por una crisis, formularse ciertas cuestiones y planteárselas… es mucho más fácil tomar como propias unas ideas y una visión del mundo ya establecidas. Por otro lado, la asunción de la idea de que todos los pequeños relatos son válidos (algo que ya sabemos que no es cierto, pero la idea está ahí) puede justificar creencias poco fundamentadas y que no se hayan sometido realmente a crisis.

Teniendo esto en cuenta, creo que es realmente importante inculcar en nuestros alumnos no sólo la capacidad de pensar, sino de respetar lo que los demás piensan. De este modo, se podría fomentar el intercambio de ideas, para poder, con el diálogo, alcanzar un pequeño relato, si no el más válido, al menos en el que haya existido una reflexión.

También es importante crear en los alumnos la necesidad de conocer, ya que conocer es poder. Por ejemplo: conocer cómo se expresan los medios de comunicación, cuáles son las herramientas que usan para hacer lo que presentan más creíble, edulcorado, impactante… todo esto les ayudará a defenderse de aquello que les quieran inculcar o transmitir.

Será además necesario conseguir en nuestros alumnos una mentalidad abierta y cierto hábito de trabajo para que puedan adaptarse a los cambios de nuestra sociedad, sobre todo en el ámbito tecnológico, y no convertirse nunca en analfabetos funcionales. Por supuesto, hay que hacerles ver que la tecnología no es lo único válido, que existen técnicas tradicionales como la acuarela y el mero dibujo a lápiz que pueden resultarles más útiles para expresar ciertas ideas (y muy probablemente la fusión de técnicas tradicionales y tecnológicas sea al final lo más idóneo). Tampoco hay que olvidar que el crear algo con tus propias manos puede ser muy satisfactorio, y es un placer que no hay que arrebatarles (además de ser necesario para la consecución de ciertas destrezas como por ejemplo el orden y la limpieza): conseguir el equilibrio entre tradición y nuevas tecnologías sería lo ideal.

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